Vida enloquecida, que se está abrasando
en la ardiente hoguera de este amor, en vano.
Tiro ante tu puerta mi dolor, gritando,
por si encuentro un eco, en tu corazón.
Mas tus manos siguen frías
y es de hielo tu mirada...
Mientras ardo entre abrasantes
llamaradas de pasión,
sin salvación.
¿Por qué soy yo quien sufre así
en este drama sin razón?...
Si extrañas fuerzas me empujaron a quererte,
si fue Dios quien encendió este amor...
¿Por qué si Él fue quien te eligió
y enloqueció mi corazón?...
¿Por qué motivo,
a la vez, no te ha encendido
con la llama de este amor?
Arden mis sentidos en la fiebre vana.
Se quema en mi sangre la pasión sin eco.
Gasto enloquecido de dolor sin pausa,
este empeño inútil que implora tu amor.
Mas tu boca sigue esquiva
y me niegas la esperanza...
Mientras ardo, noche y día,
en la hoguera de este amor,
sin salvación.