Tomá estas monedas!
No pago con ellas las horas de amor.
Por más que ahora entiendo que estás siempre en venta,
mi orgullo no paga lo que no compró.
¡Tomá estas monedas!
Es poco dinero si te he de tasar.
Mas yo sólo quiero comprarme con ellas
el gusto tremendo de no verte más.
¡Y fuera de aquí!
Que puedo, olvidando que te quise tanto,
ahogar con mis manos tu vida tan ruin.
¡Muy lejos de mi!
Allá entre la chusma que rueda en la feria
vendiéndote al precio más bajo y más vil.
Por vos, por tu culpa, dudando de todo,
reniego lo bueno que siempre creí.
¡Andate, por fin!
Que hay una palabra que ensucia mi boca,
que voy a gritarte si seguís aquí.
¡Tomá estas monedas!
Tomá el oro sucio que es tu tentación.
El oro que agita la sangre en tus venas
y apura el latido de tu corazón.
¡Tomá estas monedas!
Es poco dinero si te he de tasar,
mas yo sólo quiero comprarme con ellas
el gusto tremendo de no verte más.